El fútbol en tiempos de pandemia
Por: José Francisco Olvera Ruiz
EL UNIVERSAL
En el momento preciso, en que la sociedad en general, se encontraba más preocupada por la pandemia, por el alza en el número de contagios y de fallecimientos, por la información ambigua para el manejo de las medidas de prevención y por la gran incertidumbre de la difícil situación económica que ya se vive, justo ahí, sin decir agua va, a puerta cerrada, la asamblea general de la FMF, toma decisiones de fondo en los sistemas de competencia, para los siguientes campeonatos.
Las tres decisiones importantes: la cancelación del descenso; la desaparición de la categoría de ascenso y la creación de la llamada liga de expansión, que nadie entiende cómo va a funcionar. La asamblea votó, en medio de una división seria, entre dueños de equipos y dirigentes de las diferentes ligas o categorías. Y si bien el Reglamento permite que la votación se dé por la mayoría del voto ponderado, la falta de consenso es notoria y grave.
¿Y el respetable público? Pues ni enterado o a medias, por estar atentos de temas en verdad alarmantes. Pero veamos brevemente la consecuencia de cada decisión.
Muchos de los directivos, tanto de la federación como de los equipos, no son gente de futbol, no han trabajado más de seis u ocho años en el medio. No les ha interesado el futuro y la evolución del deporte profesional. Con sus decisiones, quienes se han impuesto, ven más el beneficio propio y de corto plazo. La única persona con carrera y buen conocimiento del fútbol mexicano es don Enrique Bonilla, pero está acotado por quienes dominan hoy la escena.
Lo anterior se afirma por la resolución de suspender por seis años el ascenso. Nuevamente viene la pregunta: ¿y la afición no cuenta? Es cierto que ningún equipo vive solo de la taquilla. Pero son los aficionados quienes ven los partidos por televisión y con ello generan un ingreso nada malo. Es el púbico el que, al consumir, genera derrama económica y sobre todo empatía. De todo esto en conjunto, si viven los equipos. Por lo mismo antes de atender preocupaciones particulares, se debe visualizar el crecimiento del deporte.
Cancelar el ascenso es despreciar la capacidad de plazas, organizaciones y al público de muchas ciudades del país, que sueñan con tener en casa, un equipo de primera división. Y no se entiende, cómo es que si el fútbol profesional, depende de la afición, no se decide, a partir de lo que realmente le mueve y le interesa.
Por lo que respecta a la liga de expansión, no es otra cosa que la siguiente división, después de la liga MX, pero sin ascenso. Si hoy con el ascenso como gran premio, no se han logrado armar equipos en el número necesario, para mantener una división competitiva, ya sin el ascenso, no esperemos ver muchos equipos es ese nivel. Y por lo mismo, las posibilidades para jóvenes que sueñan con ser profesionales, serán mucho más limitadas. Nuevamente aparecerán visores y promotores con ofrecimientos fraudulentos.
Señores directivos y dueños, si en verdad creen en el fútbol mexicano, se debe tener en cuenta primero a la afición, pensar en la competitividad para elevarla calidad en la práctica deportiva y fomentar, con posibilidades reales, que más jóvenes se sumen al sueño de ser profesionales. Que el dinero, tomando lo colectivo en serio, llegará una vez superada la crisis. La última, ¿ya fue avalada esta idea por la FIFA?
Exgobernador de Hidalgo