La niñez, para muchos en el olvido.

General Opinión

La niñez, para muchos en el olvido.

 

 

 

¿QUE NOS PASO?

 

 

 

                                           Por. Amalia Martinez Austria.

 

Cepillo, tinta y trapo, caminar horas para ganar tan solo un poco. Cuatro años de edad, imagen de un niño bolero que recorrió hace tiempo  las redes sociales y que para muchos ha quedado ya en el olvido.
Imagen que es el diario acontecer en cualquier ciudad o municipio de México, donde la desigualdad y disparidad en la forma de vida es vista como algo natural que a muchos, ha dejado de importarles.

Datos del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica, indican que tan solo en el primer trimestre de 2019 fueron asesinadas 8 mil 493 personas en México, de las cuales 285 fueron menores de edad,  222 niñas, niños y adolescentes  tan solo en junio de 2018.  Sector de la población, que por cierto, son los  que menos se defienden.

Ser niño es la posibilidad de ver la vida con ojos limpios. ¿Porque lo hemos olvidado?  Es creer que no hay nada más importante que ganar el juego de fútbol en la cascarita de la colonia. Es aprender el 2×2 hasta completar las tablas de multiplicar, y ver a los padres como lo más absoluto y grande en la vida.
En esencia esta es la niñez, crecer con alegría e ir aprendiendo en todos los sentidos. «en esencia» pero tristemente no para todos, nuestro país tiene un gran rezago para instrumentar los medios adecuados que les den seguridad y bienestar a los niños. Violencia intrafamiliar, niños en condiciones de calle, violaciones, inseguridad no son el medio óptimo para asegurarles una niñez feliz. Nosotros los adultos no hacemos mucho para cambiar estas condiciones. Todos los años en especial cada 30 de abril se hace un recuento para observar lo mal que esta la sociedad, y mas que números y estadísticas es indispensable proveer y asegurar el bienestar de cada niño otorgándoles educación, un ambiente familiar optimo, seguridad social y en esencia todo aquello que les permita un desarrollo digno y pleno.
La responsabilidad para lograrlo no solo es por parte del gobierno, ni de las instituciones asistenciales o sociedades civiles. La responsabilidad es de todos y cada uno construyendo con trabajo y amor la vida de cada niño, empezando en casa y siendo generosos con los que menos tienen. Es entonces que podremos celebrar, con el optimismo y la seguridad de que se forjaran mejores tiempos, mejores generaciones, un mejor país. Construyamos con buenos ejemplos, enseñándoles lo bueno de la vida, mostrándoles que no es dividiendo como se consiguen las cosas, sino siendo honrados en los los actos, en los hechos. Aprendamos de ellos sus grandes cualidades, su inocencia, su verdad en el decir, su honestidad en la amistad y su facilidad para resolver cualquier diferencia, tal vez si observamos podamos ser mejores personas, mejores ciudadanos, mas limpios, libres y confiados.

Que nos tuvo que pasar a nosotros ciudadanos para que caminemos sin ver, sin sentir, sin que nos mueva el deseo de cambiar las cosas y mejorarlas.
Que tuvo que pasar, para que sin el menor sentimiento de equidad, políticos cobren sueldos dispares y millonarios en comparación a la tasa general del sueldo del obrero, del campesino del asalariado en general.
Que ha pasado entre los movimientos sociales y la constitución de un Estado de derecho en la historia de México, para que esos ideales se perdieran y la muerte de tantos hombres quedara en el olvido de forma por demás innecesaria y banal para muchos.
Donde están los nuevos reformadores, esos que, con claridad y sentimiento patriótico transforman y están comprometidos con los nuevos tiempos? Donde está la concordancia entre el pensar y actuar en cada uno, donde la manera de concretar con hechos, los dichos de los que pueden hacerlo?
Hasta cuando seremos meros observadores y nos propongamos con la fuerza de nuestro trabajo cambiar las cosas, exigir con respeto y en el pleno uso de nuestro derecho a través de la unión y el esfuerzo a las autoridades que elegimos y nos representan en los congresos que hagan lo correcto? Que se pongan la camiseta y la suden como el campesino, el obrero, el desposeído, con los mismos sueldos, las mismas carencias y el mismo esfuerzo para que exista la comprensión de cuál es la verdad del México de hoy.
Quizás entonces, cuando tomemos la decisión por el bien de todos, por el bien de México, sin intereses personales o de grupo, de conveniencias banales, que podamos dejar de ver tanta desigualdad. Quizás entonces cuando entendamos que aun cuando puedan trastocar puntos que no convengan a nuestros particulares deseos , México pueda avanzar en serio. Pisamos el mismo suelo. Lamentable  no con las mismas oportunidades, en tanto Juan, Pedro o como se llame cualquier niño que viva en la miseria, en un entorno violento y sin oportunidades,  serán imágenes que nos conmueven 1 minuto y pase al olvido, ya lo vimos. nos estamos acostumbrando…

 

 

 

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