Viaje a la India

                  (primera parte)       

                                 Por: Claudia Nuñez     

Hoy les contaré que hace 10 años tuve la oportunidad de ir a la India, Yo tenía 26 años en ese entonces, en esa época aún no existía la influencia de las redes sociales y aún maravillaba el hecho de viajar a otro continente, partí de México para encontrarme con mi amigo Hindú, que en ese momento nunca imaginé que se convertiría en mi esposo, no estaba en mis planes, pero quizá sí en mi destino, emocionada abordé un avión enorme que al entrar lo primero que vi eran asientos grandes que tenían las comodidades suficientes para dormir, desafortunadamente eran para gente que había pagado un alto costo, después pasé por los de media clase con un poco menos de confort, para posteriormente llegar a los de tercera clase que eran de asiento normal, incomodos para viajar 8 horas, pero no impidieron que sintiera felicidad. Hice escala en Londres dónde por primera vez vi a auxiliares de vuelo (realizan las mismas actividades que las azafatas pero son hombres) ya que en nuestro país en esa época solo existían las aeromozas, hasta ahí todo parecía tranquilo en la sala de espera, salvo ver el cambio de color de piel de los Británicos pues en su mayoría eran güeros, en el vuelo de Londres-Mumbai las cosas iban cambiando  ya que a la hora de ofrecernos comida, preguntaban si queríamos comida vegetariana o carne, eso debido a que muchos pasajeros eran nativos de la India y su religión no les permite comer carne ya que no deben matar ningún animal para su consumo, es una idea pacifista. Al llegar a Mumbai pude percibir un olor diferente, a incienso, a condimentos, ver a muchas mujeres vestidas con saris (vestimenta típica de la India), hablando hindi (uno de los idiomas oficiales de la India) parecía que estaba en otro mundo, pero lo difícil ocurrió cuando fui al baño, estaba consternada cuando vi un gran hoyo en el piso después de verlo unos minutos y adivinando un poco como se usa, me di cuenta que tenía que ponerme en cuclillas pero lo peor no era eso, es que no había papel higiénico pero había una llave igual en el piso para limpiarse con agua, me preocupé pensando que en todo mi viaje tendría que hacer eso, pero cuando terminé de hacer mis necesidades pude observar que en otro de los baños había una taza normal, lo que de inmediato me alivió. Tomé el siguiente vuelo que era Mumbai-Gujarat dónde nos asistieron azafatas vestidas de sari, eran mujeres con un ligero sobrepeso y algunas mayores de edad lo que me hizo ver que ahí no existían esas ideas racistas como en México donde las chicas deben ser esbeltas, jóvenes y bonitas. Llegué por fin a mi destino final dónde en menos de 24 horas (para ser exactos 21) estaban ocurriendo cosas maravillosas en mi vida ya que hacer un viaje es una experiencia enriquecedora y adictiva. En la próximas ediciones relataré más sobre la cultura, la comida, como es vista la mujer en la sociedad y también como comenzó el romance y sobre algunos problemas que enfrenté por ir sola y siendo mujer.  ¡No se lo pierdan!