Cárcel de Plata

General Historia y Leyendas

Cárcel de Plata

 

Cárcel de Plata

 

Por Osmand Romero

Lic. en Historia

Me volvieron a atrapar, así es nuevamente he sido capturado. No diré que es de un crimen que no cometí, porque si lo hice, a los ojos de los demás fue un atrevimiento, pero, solo buscaba que se me pagara una deuda, lo cual no es nada a comparación del crimen que se me esta culpando, el cual es robo y daño a propiedad ajena.
Así lo manejó aquel hacendado de nombre que ya olvidé por estar ocupado tratando de sobrevivir en la prisión donde estaba. El juez solo escucho la declaración del ofendido y molesto señor Porfirista de abolengo, eso condujo a dar mi veredicto que tengo bien en mi mente “ 20 azotes y 10 años de cárcel en San Juan de Ulua”. De haber sabido que ya pasaron 12 desde aquel día me habría quedado quieto en mi celda, pero el coraje de no poder defenderme me hizo mantenerme inquieto.
Apuesto que aquel infeliz actuó así para evitar  el qué dirán ante su exclusivo cìrculo de amigos que por cierto son poderosos, se dice que el es allegado a un grupo llamado Los científicos, por lo que claro tenia que callarme para que no diga mi versión que tantas veces me imaginé decir,  me lo se de memoria como un padrenuestro que me conforta: Señor juez el crimen del que se me acusa es incorrecto, yo no robe nada, al contrario me robaron a mí, fui perjudicado por nunca recibir pago alguno por la venta de varias reces a este caballero. El me garantizó que a fin de mes tendría mi pago, pero no fue así. La miente diciendo que siempre ha tenido esas vacas representando un gran caudal a sus bolsillos. Si es así ¿Por qué entonces están marcados con un hierro diferente al de la familia del caballero? Este hierro es mío, exijo que me las regrese señor juez.
Pero no fue así, se enfocó en callarme y enterrarme en esta prisión que fue fortaleza del ejército, puedo apostar que no lo hicieron para pagar mi condena, sé que lo hicieron para que aquí terminaran mis días y ese tema quedara en el olvido, pero a pesar de los malos tratos que recibía así como las condiciones en que están las mazmorras  con las ratas, arañas y pulgas que me acompañaban siempre y eso sin olvidar la fetidez del lugar que provocaba ascos de manera ilimitada no me han hecho rendirme aunque la idea de morir ahí era mas dulce que seguir viviendo si solo teníamos este destino.
Un día intenté escaparme de ahí, hice todo lo contrario de lo que hicieron aquellos piratas ingleses al intentar entrar, pude hacerlo, pero la nadada para llegar a la costa me debilitó completamente y no pude seguir adelante. Me atraparon claro está, pero tuve la suerte de que revisaron mi caso y dijeron que sería una lástima que muriera sin hacer nada así que lo enviaremos al Valle Nacional, por un momento pensé que seria un alivio estar ahí porque  creí estar en un lugar más decente, (Que equivocado estaba).
 Así que cruce de costa a costa de Veracruz a Oaxaca, pensé que el hecho de estar en la tierra del presidente podría irme mejor y pediría justicia, pero no fue así. En este lugar vi los peores tratos al campesino y obrero como si se tratara de un lugar donde la esclavitud de la colonia siguiera latente ahí. Ahora el modo de tortura era el extenso trabajo, este era el encargado de extinguir al trabajador o recluso como es mi caso, engañando al que buscaba una oportunidad laboral, se le ofrecía un trabajo temporal de seis meses, pero en realidad era un gancho para que te quedaras ahí y nunca salieras de ese lugar, aunque lo suplicaras o intentaras escapar, ya que había guardias que no dudarían en matarte si intentabas hacerlo. No me quedo de otra que sobrevivir de nueva cuenta, pero la desesperación y la locura se adueñan de la mente de cualquiera ante el extenso valle sin poder encontrar alguna salida. ¿Debería intentar escapar otra vez? Me da miedo pensar en un sí o no definitivo.
Alguien viene, ¡que raro! Es un hombre que no parece ser de aquí, incluso no parece ser mexicano, creo que es un gringo, probablemente sea algún accionista que viene a ver como van sus asuntos, acaba de sacar una libreta y toma notas, ha de ser para ver sus ganancias, bueno que me importa total no lo volveré a ver, mejor le sigo dando a la labor que tal si me azotan por ver cosas que no me importan.
Han pasado 6 años desde que me condenaron dos cárceles y sigo vivo, no veo el momento en que se termine este suplicio, he visto morir en mis brazos a 20 jornaleros y ya no puedo llorar aunque quisiera, las lágrimas se consumaron cuando vi al primero que corrió despavorido para huir de su realidad y haya sido acribillado por soldados federales. Uno le felicita al otro por su buena puntería y el otro le da las gracias alegremente. Pensé que lo enterrarían cristianamente, pero me equivoqué, porque ese cuerpo sin vida fue lanzado al pantano para que algún cocodrilo se diera un banquete con él. Aunque claro hay veces que  se esperan a que mueran varios entre prisioneros, capataces o incluso soldados que pescaron alguna enfermedad incurable. Los cadáveres son reunidos entre mosquerío y putrefacción que desprenden un olor penetrante que me recuerda a San Juan de Ulua, luego otro soldado rocía petróleo y avienta un trapo con fuego provocando una enorme flama que extinguirá todo cuerpo y evidencia de vida.
Un soldado me llama y me dice que seré trasladado  a la capital ¿Ya terminó mi condena? El responde burlonamente que no, me dice que el señor tal acaba de tomar un cargo publico y quiere que te trasladen a la cárcel de Belem, así comenzó nuevamente mi peregrinaje. Seguramente es el ofendido que me acusó de robo, puedo apostar que le de miedo que siga vivo y ahora mas que nunca me quiere cerca para que no haga ni diga nada. Si supiera que hay días que ni fuerzas tengo parar abrir mi boca, es mas no lo hago para no perder energía inútilmente, porque aquí el que grita muere rápidamente.
El trato en Belem no es diferente a las anteriores, todo lo contrario, la comida es mala, hay poca higiene y el trato humano no existe aquí, lo mismo de siempre, mi dulce hogar, la única diferencia es que hay compañía femenina, compañía que muchos reclusos buscan descontroladamente llegando ha abusar de ellas, provocando embarazos repentinos, abortos forzados y muertes cuantiosas de mujeres. No se porque sigo vivo para ver esto ya no siento miedo, tristeza ni se que es la alegría.
Si estoy en lo correcto ya pagué mi condena, pero parece que nadie lo sabe, no recuerda o no le importa. Tal vez aquel que me acusó ya se olvidó de mi o quien sabe falleció, no, no creo tener tan buena suerte ya que hierba mala nunca muere y eso me ha quedado claro incluso conmigo. De pronto veo en una ventana que da a la calle a un hombre bien vestido, se me hace extraño porque hay puros guardias y policías cerca de este lugar. Ese hombre se parece un poco al que vi en Valle Nacional, ¿será él?
Hace tres días un juez me mandó llamar para decirme que culminó mi condena, se me acumularon dos años mas por mi fuga, a estas alturas reclamar es de menos. Ahora cuando este libre escribiré y contaré a todo mundo sobre mis vivencias, no es justo que a un ser humano le prohíban lo mas sagrado que posee que es su libertad.
Como siempre me condicionaron la libertad y es no volver a mi ciudad natal para no causarle problemas al flamante diputado oriundo de ese lugar, el roba vacas para mi conocimiento y pseudonimo que le puse desde hace tiempo. Ni modo es mejor que seguir encerrado supongo. No me queda mas que aceptar este camino ya que no hay más.
Me iré a un pueblo cerca de Pachuca para rehacer mi vida ahí, yo no sé por qué se esmeran en mandarme tan lejos, lo positivo que veo es que comenzaré desde cero sin que nadie me conozca, ahora tendré que buscar un nuevo trabajo.
Lo poco que he escuchado es que es un pueblo minero de abolengo. Ya me vi trabajando así, bueno no importa se que haré un trabajo honesto, pero me llama la atención que quieran que me quede ahí no se porque, ya se que me quieren lejos de mi tierra, pero ignoro el motivo que impulsa a hacer esto.
Ya voy camino a ese pueblo, acompañado de autoridades que me mostraran mi nuevo hogar y que se aseguran de que no regresaré, me incomoda esto, como si quisiera volver a revivir el pasado.  Conforme íbamos avanzando aquellos hombres comenzaban a platicar más entre ellos y después conmigo, entre temas vánales y risas me fui abriendo a ellos para saber dónde vamos, pero seguían ocultando todo.
Ya era de mañana y seguíamos viajando en coche, de pronto la inclinación del suelo se elevó repentinamente y se acabó el silencio. Uno de esos 4 hombres que me acompañaba al fin habló del tema- Bueno amigo tu destino es quedarte en este pueblo para siempre, trabajaras de minero como te habrás imaginado. – Me parece bien, – afirmé- pero, ¿en dónde voy a vivir? ¿hay cuartos cerca? Aquel hombre ocultando una risa sospechosa me confiesa lo siguiente: – Tu vivirás dentro de la mina, el señor diputado quiere que desaparezcas no solo de su tierra, sino que del fas de la tierra Él no está contento con que hayas sobrevivido todo este tiempo, así que, si no moriste por las buenas, será por las malas. -¿Me van a matar llegando?- No exactamente, morirás al paso del tiempo trabajando en la mina.- No lo pueden hacer, habrá inocentes que me verán.- No exactamente, tu estarás todo el tiempo con gente  como tu ósea reclusos que trabajan en las minas sin descanso, sin paga, mala comida y nunca ascienden a la superficie mas que un rato los domingos. Morirás de la enfermedad de los mineros o en algún derrumbe, así que no volverás a ver los amaneceres así que disfruta que es el último para ti.
Mi corazón se estremeció otra vez, fui sentenciado, pero ahora perpetuamente, ya está decidido, moriré, injustamente pero así será, tanto odio me guarda aquel hombre que se empeña en saber que ya no existo, estaré ahí enterrado vivo, es el principio de mi muerte y olvido. Hoy me declaro muerto ya que no se que me depare, de nada servirá extraer plata si esta no es capaz de pagar mi fianza, no hay luz, no hay vida donde estaré, no poder hacer por salvar mi vida, ya nada me queda más que morir en esta cárcel de plata.
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