Zapata y su influencia entre hidalguenses revolucionarios

General Historia y Leyendas

Zapata y su influencia entre hidalguenses revolucionarios

Zapata y su influencia entre hidalguenses revolucionarios

Por Osmand Romero

Lic. en Historia

La palabra revolución se comprende como un cambio, pero no cualquier cambio, ya que este es algo absoluto, violento y significativo ante una situación en particular, que modifica la estructura y el sistema. Esto tendrá repercusiones en distintos campos, como son los políticos, económicos, culturales, sociales entre otros más.

Una revolución es dirigida por una masa poblacional que busca cambiar radicalmente la situación, llevando a esto la mayoría de las veces a un conflicto que estará dirigiéndose a una rebelión que por lo general es a ante un gobierno que en su práctica se ha debilitado o ha realizado malas prácticas en su existir, por lo que se demanda a que se modifique completamente y su existencia se extinga. En la historia mundial se han manifestado un sinnúmero de revoluciones, que han modificado los intereses de la población reflejado en los sistemas que dominan al hombre en sus distintas clases sociales.

Las masas son representadas a través de un número determinado de hombres que expresan su sentir y la dirección que buscan tomar a través de dicho movimiento, los cuales se representan como clase política, social y armada. Estos hombres y mujeres se convierten en símbolos y sinónimos de los ideales que buscan las masas y pasan a ser recordado por eso, más aún cuando se triunfa y queda su influencia reflejada en los demás que los siguen fervientemente.

México es un país que en su larga historia virreinal como independiente ha tenido un extenso registro de revoluciones de todo tipo, modificando y construyendo la estructura, así como también el destino de la nación cuando este lo ha requerido. Revoluciones que marcaron el inicio de su vida independiente como La guerra de independencia El primer imperio y el nacimiento del federalismo.

Las diferentes disputas entre federalistas y centralistas, así como también le imposición de La Constitución Federal de 1824 y La Constitución Centralista o mejor conocida como la de Las Siete Leyes y la desastrosa fragmentación y separación territorial que se sufrió a consecuencia de la inestabilidad política y social. Revolución de Ayutla que representó el comienzo de una reestructuración absoluta de México en varios sentidos teniendo como La Constitución de 1857 con sus Leyes Federales, en consecuencia, de esto se logra la consolidación del estado mexicano. Marcando con esto una etapa de reconocimiento y soberanía ante los demás países.

Las ultimas revoluciones que se tendrán en el siglo XIX serán ejecutadas por el caudillo Porfirio Diaz Mori, el cual buscará obtener el poder para poder así derrocar a Benito Juárez, el plan que elaboró este soldado fue el de la Noria, el cual no tuvo el resultado esperado, ya que carecía de fuerza política y militar aquel joven soldado. Benito Juárez ahora por su parte ante el ojo de viejos soldados y pensadores de la época comenzaba a tener tintes de dictador absoluto; ya que el quería seguir pese a que ya habían terminado esas guerras que parecían eternas en algún momento, sin embargo, esto no se pudo profundizar más ya que Juárez muere en el año de 1872.

Ante la muerte del Benemérito de las Américas sube al poder Sebastián Lerdo de Tejada, cumpliendo el periodo de 1872 a 1876, al concluir este aquel presidente pretendía quedarse uno más y perpetuarse el tiempo que deseara, por lo que Diaz se levanta en armas nuevamente con el Plan Tuxtepec, este último conocido con una frase que de manera profética declaraba  fin de una interminable cadena de batallas y ríos de sangre la cual era “Que ningún ciudadano se perpetúe en el poder y esta será la última revolución”  o al menos durante los años que le quedaban a ese siglo Derroca a Lerdo de Tejada y comienza su etapa como el presidente que gobierna más años en nuestro país, convirtiéndose en lo que alguna vez criticó severamente  (Dictador), por lo que su contradicción fue muy notoria y callada por varios años, los mismos años que le cobraron factura en edad y poca estabilidad política y social, ocasionando la expresión de nuevas ideas y figuras representantes de las masas sociales de nuestro país, ocasionando con esto el despertar y nuevamente la búsqueda de una reestructuración ideal para la nación, dando comienzo a una nueva Revolución.

Como se sabe Francisco Ignacio Madero comienza su movimiento revolucionario un 20 de noviembre de 1910 en Ciudad Juárez, trayendo consigo una ola de hombres revolucionarios que por su inquietud querían darle un nuevo rumbo a su nación. Hombres que desde años atrás buscaban la manera de hacerle frente al gobierno de Diaz sin tener mayor resultado que la cárcel y la censura; pero esto fue distinto ya que la unión de todos aquellos hombres cobijando la misma causa liderada por Madero fue posible expresarse.

Se manifestaron hombres de cada estado y rincón del país con su ideología y proyecto que defendían, los cuales llegaron a ser tan populares que no solo fueron escuchados y seguidos en el último rincón de su tierra, estos traspasaron fronteras y fueron muy sonados en todo el país, causando admiración e inspiración para muchas personas, que no eran militares de carrera en principio, pero en muchos casos así se desempeñaron mostrando talento y destreza en el campo de batalla. Uno de estos hombres que llegó a hacer esto a los demás fue sin duda alguna Emiliano Zapata. Este hombre a través de la historia es considerado como un icono del pueblo, figura que defiende los derechos del campesino, una lucha que, hasta nuestros días, cien años de distancia de los acontecimientos que le tocó vivir. Por dicha razón, fue seguido por hombres que se le unieron en su lucha. Rosalind Rosoff y Anita Aguilar en su libro titulado Así firmaron el Plan de Ayala construyen una imagen lo más humanamente posible de Zapata, ya que logran conocer ha algunos de sus fieles seguidores que aún se encontraban vivos, ubicándonos en los años 70 del siglo pasado, una parte está dedicada a su inteligencia y carisma. El primer punto es por el haber aportado a las ideas de su plan político, que, aunque no lo escribió como tal, fue el que estaba al pendiente de cómo se iba desarrollando la redacción de dicho documento, siendo hoy en día uno de los más recordados de aquella época de lucha revolucionaria. El segundo punto se debió a su empatía con la gente campesina de su estado, ya que comprendía perfectamente la situación en que estos se encontraban, así convirtiéndose en su líder y fuerza de apoyo en tiempos de cambio que necesitaba el país.

Sus seguidores no solo son de procedencia en el estado de Morelos, el cual hace remembranza al mencionarlo con el hombre más representativo de esta entidad, también lo es en un estado cercano, el cual este engalanado porque al mencionarlo hace remembranza al iniciador de dicho movimiento el cual es Hidalgo. Hombres que en muchos casos no se quedaron en su estado escuchando y leyendo lo que sucedía con esta figura revolucionaria, sino que también deciden migrar hacia donde se encuentra su figura a seguir, convirtiéndose en hombres de toda su confianza, estos fueron los hidalguenses José G. Parres y Trinidad Paniagua.

Ellos se convirtieron en hombres de confianza de Zapata, marcando una cercanía evidenciada en fotografías de campaña, realizando diferentes funciones dentro de sus tropas.

Un hombre fiel para Zapata y enigmático para la historia

 

 

Este hombre que aparece con sombrero de campesino conocido hoy en día como zapatista, con cartuchera recorriendo su pecho de derecha inferior a izquierda superior, armado con lo que parece ser una Carabina Winchester 30-30, de aspecto serio y reservado, se trata de Trinidad Paniagua, hombre de muchos misterios, de hecho el que más lagunas históricas tiene en el presente estudio, ya que no se ha podido saber mucho sobre él, como primer punto es la año de su nacimiento, ni el profesor Abraham Pérez López en su Diccionario biográfico  hidalguense no da una fecha precisa, solo su lugar de nacimiento que es Real del Monte; aunque fuentes poco confiables han puesto como año 1875, pero esto solo un supuesto. Trinidad Paniagua realiza estudios de ingeniería en la rama de la minería, esto es muy probable de suponer ya que el lugar donde nace es conocido por su extracción de plata, lo que prueba el impulso que lo llevó a realizar dichos estudios. Egresado de la UNAM, el decide ir a Morelos para hacer una prospección de una veta de oro y plata, según un familiar descendiente de una de sus hijas llamada Guillermina relata unas anécdotas de este personaje en el periódico desde abajo con fecha del 20 de noviembre de 2008, esto es su testimonio: “Trinidad el ingeniero minero viajó al estado de Morelos a realizar la prospección de una mina, que al parecer tenía vetas de oro y de plata. Sin que sepamos cómo, se enlistó a las órdenes de Emiliano Zapata, dejando el asunto de la mina, para tiempos mejores.” Pérez López menciona que  su incorporación a dicho ejercito fue en el año de 1914 y que dentro de sus actividades del ejercito fueron las campañas militares de Chilapa, Chilpancingo, Zacatepec y Cuernavaca. Alcanza el grado de General y director de la fábrica de municiones para fusilería y artillería en 1915, con esto demuestra el grado de suma confianza que Zapata le tenía a Paniagua al confiarle tan importante tarea a través de sus resultados obtenidos en aquellas campañas.

Según la versión oficial, este hombre muere accidentalmente en manos de uno de sus asistentes en Huachinantla en Puebla, esto según la pluma del profesor Abraham; sin embargo, en la entrevista anteriormente mencionada, se manejan otras dos versiones:

“La primera. Para el día de su cumpleaños  el General recibe una invitación de un amigo de un pueblo cercano para festejar su onomástico. Fue alguien muy de confianza quien le tendió la trampa, pues Trinidad solo fue acompañado por su asistente, apodado «el diablo», un costeño muy fiero, que le causaba temor a mi abuela y no solo a ella, sino a muchos más. Se decía, que para hacerle daño al General, solo matando al diablo. Y pues sí, en esta traición, como las muchas que se dan en la revolución -incluida la que le hicieron al general Zapata-, pues primero mataron al diablo y después a Trinidad. Mandaron los traidores, al campamento zapatista, a lomo de  mula, los cuerpos sin vida. Mi abuela al ser avisada corrió a ver el cuerpo de su padre, pero quedo horrorizada al descubrir primero el cuerpo del «diablo» con indudables huellas de ahorcamiento. Lo cual se sumó al terrible impacto de ver muerto a su padre.”

La segunda. “Los zapatistas hacen una peregrinación a la Villa de Guadalupe en la ciudad de México, de regreso encubiertamente, traen un cargamento de armamento, son sorprendidos por los carrancistas y aniquilados.”

Parres, un hombre que continua un legado ideologico

 

 

Hablar de este hombre implica una larga lista destacada por su carrera médica, política, militar y agrícola, ya que su documentación es extensa, así da la oportunidad de estudiarlo profundamente en dichos matices, los cuales hablaremos de una manera breve de cada uno de ellos.

José G. Parres como popularmente se conoce o José Parres Guerrero, señalado como tal en el Diccionario de Abraham Pérez López nace en el estado de Hidalgo un 15 de diciembre de 1889 en Real del Monte. Lugar donde estudia sus primeras letras y posteriormente en Pachuca realizará más estudios profesionales en el Instituto Científico y Literario para posteriormente ingresar a la Escuela Nacional de Medicina.

El estar radicando en la Ciudad de México le abre un panorama amplio de la situación de la nación, así como la efervescencia que se estaba viviendo al inicio de la revolución comenzó y encabezó Madero, por lo que es muy claro que sentía simpatía por dicho movimiento, incorporándose a las filas Zapatistas en el año de 1914 hasta el fin de esta guerra. Se convierte en el medico de Zapata, lo cual se convertirá en hombre digno de su confianza alcanzando grado militar de General de Brigada, así como también el poder  ejercer su vocación medica pese a la carencia de medicamentos y equipo.

Su labor revolucionaria lo impulsa en la política, por lo que es nombrado Gobernador provisional de Morelos el 19 de julio de 1920. Cuna del zapatismo y del Plan de Ayala impulsado por el repartimiento de tierras, apoyado por el Partido Nacional Agrarista PNA, obra que siguió en su administración, así como la creación de 46 de 54 escuelas que contaba dicho estado en aquel momento. Culmina su periodo el 12 de diciembre de 1923, esto lo motiva para intentar ganar la elección a gobernador en su estado, pero no logra alcanzarlo.

En años posteriores pone en práctica la doctrina zapatista heredada, ya que en 1924 tiene participación en la Secretaría de Agricultura y Fomento como Oficial Mayor. Posteriormente en 1932  fue Consejero de la Comisión Nacional Agraria. Secretario de Agricultura en 1937, repartiendo tierras con Cárdenas. En el periodo de Ávila Camacho se convierte en  Director General de las Escuelas Rurales de Agricultura.

Con lo anteriormente mencionado se deduce que José G. Parres siguió las enseñanzas aprendidas en Morelos por su líder intelectual y militar a través de sus frases como son  “¡Tierra y libertad! Al repartir tierras primeramente en dicho estado y en demás partes del país, porque “Si no hay justicia para el pueblo que no haya paz para el gobierno.”.

Hoy en día se recuerda a este revolucionario a través de una institución médica que lleva su nombre como es el Hospital General de Cuernavaca fundado en el año de 1995 siendo conocido en esa entidad como un hospital de calidad y tecnología.

 

Una fotografía muy única

 

Al momento de realizar la pesquisa sobre  estos dos hidalguenses zapatistas en diferentes fuentes ya comentadas anteriormente,  resalta esta  fotografía que a continuación se va analizar, es una foto de poca definición de tres hombres los cuales en la descripción de la página se menciona que son José G. Parres, Emiliano Zapata y Juan Carlos Straffon, al parecer estos hombres están en lo que parece ser una fiesta muy formal, ya que ambos visten de negro, por lo que es fácil pensar que traen puesto un smoking.

Straffon y Parres tienen algo en común muy interesante y este es que son paisanos, esto quiere decir que los dos son de Real del Monte. El primero ya mencionado es recordado por pertenecer a una familia acaudalada, descendiente de aventureros ingleses que llegaron a estas tierras para explotar plata. El segundo de profesión medico es recordado hoy en día por haber sido parte de los revolucionarios zapatistas y tener un papel muy importante en la vida posterior a la lucha armada. Emiliano Zapata es bien conocido y recordado por su papel, que hoy en día es un icono y referencia de grande lucha.

En esta foto es visto como nunca se había imaginado y es en una fiesta de gala, aquí se deja a un lado la imagen campesina que estamos acostumbrados a ver. Una de las ideas que se tenía de zapata es que el era pobre y no es así, ya que según Adalberto Santana, él era de familia acomodada sin embargo; esta afirmación no ha quitado en lo absoluto su idea de cuna humilde que lo impulsó a defender al campesino.

Como ya sabemos Parres y Zapata se conocen en Morelos, pero esta foto puede cambiar esta versión, porque se ven muy jóvenes en esta foto, se pudo haber tomado incluso antes del inicio de la revolución, por lo que ya había una relación antes del levantamiento y Parres fue a unirse no solo por convicción, sino que también por invitación del mismo Zapata.

El lugar donde fue la fiesta no está claro, ya que no hay alguna descripción en la foto, sin embargo se ha comentado en foros de internet como este http://juanleobard-cosasdefamilia.blogspot.com/2010/05/ que Zapata fue invitado por estos dos hidalguenses, incluso habrían de haberlo invitado a la capital Pachuca o probablemente Real del Monte, por lo que llegó a conocer su actividad principal de este.

El caso de Straffon aparte de esta foto se encuentra escasamente documentado hasta el momento, sin embargo hay una lista de hombres con el mismo apellido registrados como alcaldes de este municipio. El primer registro está ubicado en el año de 1885 a 1886 por Tomas Straffón, posteriormente alguien del mismo nombre del citado Juan Carlos, que en principio podemos imaginar que se trata de él, pero parece que no, ya que es del año 1887 a 1888, deduciendo que podría tratarse del padre del citado. Vendrá otro Straffon a ocupar el poder de nombre Agustín de 1903 a 1908, posteriormente nuevamente Tomás Straffon de 1909 a 1910 paracerrar el ciclo de dominación.

De lo anterior analizado podemos decir que: Una imagen como una fotografía de una época abre al dialogo, análisis y a las hipótesis para así  entrar a un mundo de posibilidades como la presencia de Zapata en Hidalgo. Que van más allá de lo que muchas veces dice un documento, ya que no se registra en ocasiones momentos tan íntimos  de la vida cotidiana como lo que se acaba de analizar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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