A un año del suceso, algunas reflexiones

General Opinión

A un año del suceso, algunas reflexiones

A un año del suceso, algunas reflexiones

 

 

Por: Osmand Romero

    Lic. en Historia

 

Ya ha transcurrido un año desde que se dio en México el primer caso de Coronavirus o simplemente Covid-19, un hecho que hasta nuestros días sigue afectando la vida de todos los seres humanos, ya que se comenzó a practicar el distanciamiento social, esto quiere decir estar alejados unos de otros a una distancia de 1.5 metros. También vino consigo el uso de cubrebocas que justo en aquel momento se encontraban escasos por la ola de miedo que causo esta enfermedad en algunos.

Estoy seguro de que aun podemos acordarnos que muchos vimos las noticias de aquel mal que estaba dándose a conocer, aquel que fue capaz de traspasar un país tan grande como China el cual esta muy lejano del nuestro, la gente pensaba que nunca iba a llegar que solo Asia sería el continente afectado, pero no, estábamos muy equivocados porque llegó hasta la misma Italia, nación que fue arrasada en numero de casos y muertos. En las noticias observábamos a los médicos de aquel país cansados, desesperados y atemorizados porque esto no disminuía ya que iba en constante aumento, pero seguíamos pensando que deberíamos estar tranquilos porque era obvio que esto pasara ya que Asia y Europa comparten una misma masa continental y no llegaría hasta América, y vuelvo a decirlo ¡que equivocados estábamos! Porque olvidamos por un momento que el hombre puede volar gracias a los aviones de un país a otro, detalle que permitió traer ese mal a nuestro continente y a México.

Las autoridades comenzaron a dar indicaciones y una de ellas fue el quedarse en casa el mayor tiempo posible ya que así disminuiría el numero de contagios previstos, que en un principio se pensaba que llegarían a ser 30 mil casos, ¡y seguimos sin aprender de nuestros errores!, ya que ese numero ya ha sido superado enormemente. En un breve instante todos los estados estaban quietos esperando el primer caso de Covid en su entidad, algunos comenzaron antes que otros, ningún gobernador se escapo de anunciar la llegada de ese huésped no deseado en sus tierras.

Algunas gentes comenzaron a tener pánico y comenzaron a realizar compras colosales de material preventivo, otros no creían o no hacían caso a lo que estaba sucediendo, citando una frase igual o parecida que dice así: “esta madre no existe” el día de hoy es una frase que muchos se lamentan haber dicho, ya que no se cuidaron como debieron haberlo hecho, trayendo consecuencias catastróficas en su salud o incluso la muerte.

El tiempo que se tenia estimado que iba a durar esta enfermedad para muchos se llegó a pensar que solo sería cuestión de días o incluso semanas, pero no fue así, ya que llevamos un año sin poder regresar a nuestra vida ordinaria como salir sin protección, saludar afectuosamente, reunirse con amigos y familiares queridos, incluso el poder trabajar ya que el encierro obligó también a los locatarios a cerrar de manera indefinida sin plazo aparente para volver abrir sus negocios, esto ha provocado el desempleo y cierre de miles de negocios en todo el país, ya que al haber restricciones no se puede trabajar libremente.

¿Y que podemos comentar de las pérdidas humanas? Es de pensar que bastante, ya que en un principio nadie pensaba que alguien cercano llegara a contagiarse, se veía tan lejano que no preocupaba en verdad a nadie. Ahora con el paso del tiempo pasamos de escuchar un caso en un lugar lejano o una ciudad muy poblada hasta llegar a los pueblos y comunidades alejadas, en consecuencia, de eso ya sabemos de gente allegada que son conocidos, amigos parientes, padres, hijos o incluso uno mismo. Estamos llegando a las alturas de hacer de manera rutinaria la pregunta ¿A ti, ya te dio? Horrible realidad que estamos viviendo, es de miedo.

El tener a un ser querido con esa enfermedad postrado en cama es en verdad terrible, esta afirmación es innegable, ya que el ver los primeros síntomas como escalofríos, cansancio, perdida de olfato y gusto preocupa a cualquiera. Te roba el sueño aquella maldita tos que no deja descansar al enfermo en las noches, esa respiración debilitada que se manifiesta constantemente que obliga al uso de oxígeno, así como quedarte sin el por las noches y también el hacer largas filas casi de madrugada para rellenar aquellos tanques que se han cotizado y elevado su precio a niveles exagerados por aquellos seres humanos que se aprovechan del dolor de una familia que lucha por la vida de ese ser amado. Constantemente va en disminución la oxigenación lo que obliga a elevar el nivel del oxígeno del tanque, esto debido a la dificultad para respirar por parte del paciente, o peor aún el intubarlo porque sencillamente el virus ya invadió los pulmones completamente. Así como también el no acercarte a consolarlo y decirle que todo va a estar bien no temas.

No duermes por estar velando el sueño del enfermo, así como también estar al tanto de sus necesidades y medicinas. Tampoco comes por estar al pendiente de que el paciente coma sus alimentos, esto es porque simplemente se te olvida todo. Y te olvidas de vivir porque pides a la vida que el paciente sobreviva. El encierro no solo es para el enfermo, esto es obligatorio también para los que viven con el o los que son asignados a cuidarlo, se necesita hacer dentro de la casa una serie de medidas como la higiene y ventilación ya que el virus esta en el ambiente, se debe usar mascarilla constantemente y mas aun cuando toca atender al enfermo. Los días, tardes y noches pasan muy lentamente, ya que no hay distractor alguno, solo ves el reloj para guiarte y seguir el orden de las medicinas o la hora de sus alimentos, parece que el tiempo se detiene y es mas en la noche, porque el sueño no lo concilias, un pequeño y breve estornudo de alguien puede hacer que tu imaginación vuele, ya que la única respuesta lógica que encuentras en ese momento es la posibilidad de tener otro contagiado en la casa.

No poder salir conlleva a más dificultades y  de las más evidentes es que se termine la comida, medicinas, agua y suspensión de servicios como la luz y el gas, ya que no puedes salir atender esas necesidades tan básicas y necesarias en esos momentos. Es necesaria la ayuda de un externo para poder proveer lo necesario y que sigan los servicios funcionando normalmente.

La actitud de las personas y vecinos ante esta enfermedad es muy variada, unos se muestran su humanidad ante el desamparado mandando mensajes de superación ante este reto que se esta enfrentando el enfermo. Otros no hacen preguntas  y prefieren estar apartados del tema sin decir nada, pues obviamente no saben como actuar. Así como también existe un grupo donde estigmatiza a los que padecen esta enfermedad o incluso a los que no lo tienen  pero están en la misma casa del enfermo. La gente lo demuestra cuando uno de los miembros de la casa tiene la necesidad de salir por cualquier emergencia, la gente lo ve con espanto, poniéndose el cubrebocas de inmediato sin ningún disimulo, alejándose lo más posible, expresando en su cara el desagrado y repugnancia sin siquiera estar informado sobre su transmisión; esto se da incluso semanas después de que el enfermo ya fue dado de alta por parte del medico y comienza a dar paso a reanudar su vida normal.

Hablando de los que ya no están con nosotros nos queda decir que sus partidas fueron dolorosas y repentinas, sin darnos tiempo de decir adiós ser amado, nos quedamos con ganas de tener mas aventuras con ustedes, hubiéramos dado la mitad de nuestra vida para que ustedes se quedaran otro rato mas con nosotros, pero no fue así. Un día tienes a tus seres queridos y al siguiente no, esta es la parte mas dolorosa de todo ya que muchos niños han quedado huérfanos y muchas familias se han fracturado por esto, así como se quedaron corazones incompletos. Cada semana vemos una esquela de la partida de un ser querido de alguien, causando muchísimo dolor no de adultos solamente, también de jóvenes y niños, pues esta enfermedad no distingue edades ni clases sociales, todos estamos en el mismo peligro si no procuramos cuidarnos.

Ya ha transcurrido un año del primer caso en México, y nos podemos hacer la pregunta ¿qué panorama nos espera? Pues podemos decir que ya hay un cierto numero de opciones para tratar esta enfermedad, ya hay tratamientos que están salvando vidas, ya hay mas estudios sobre esto, lo que permite combatir con mayor fuerza la enfermedad. Pero lo mas importante ya existen las vacunas, muchas muestran una efectividad altísima, lo que da una esperanza a todos, solo hay que seguirse cuidando hasta el momento que nos toque recibirla, pero ahora cierro con otra pregunta:

¿Cuánto tiempo tardaremos para estar vacunados?

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