“La Democracia no es silencio “
POR: ALELI MAYORGA
LIC. EN CIENCIAS POLITICAS.
La democracia es un principio básico para el desarrollo de un país. Costó muchas vidas lograr que el voto tuviera el valor necesario para cambiar el rumbo de la sociedad y los gobiernos. La democracia se enfrenta a uno de los contrincantes más fuertes; nos referimos al abstencionismo, el cual toma fuerza y relevancia principalmente en las elecciones intermedias, es decir, cuando no se elige presidente de la República.
En el caso del estado de Hidalgo, donde se celebraron comicios para elegir a los presidentes municipales, la ausencia en las urnas fue evidente, quizá el factor de la pandemia por Covid-19 tuvo algo que ver, pero el abstencionismo ya es una práctica recurrente en el país. Las instituciones encargadas de promover la participación ciudadana e invitar a votar, se han visto endebles preocupadas por evitar actos de corrupción, compra de sufragios o cualquier elemento violatorio de la ley; es cierto que todavía tenemos el problema de la compra de votos por parte de los partidos, pero también es cierto que la sociedad ya está más despierta, pero aún falta mucho por hacer.
Es también muy frecuente que la gente se queje por los malos gobiernos, por las administraciones que prometen y no cumplen, aquellas que abandonan al pueblo y los vuelven incrédulos. Ese también representa uno de los principales factores que inhiben la Participación de la sociedad en los procesos electorales. Pero debemos estar conscientes de una cosa. Nos quejamos de los gobernantes, de las malas políticas públicas, de la corrupción, pero a la hora de tener en nuestras manos la posibilidad de cambiar las cosas, difícilmente lo hacemos. No votamos, pero si nos quejamos. Esto debe cambiar. No podemos pensar en una democracia plena cuando la participación ciudadana en los procesos electorales es menor al 50 por ciento. Es trascendental que los partidos políticos dejen atrás aquellos vicios de creer que el pueblo es tonto, que la gente no piensa, no cuestiona o es incapaz de formarse su propio criterio y hacer que las cosas cambien. Se tiene que trabajar por fortalecer la democracia a través de mecanismos que fomenten la inclusión, el respeto al voto, el combate a la corrupción, y dejar de utilizar a la ciudadanía como carne de cañón para demostrar el poder de convocatoria de un personaje. Como sociedad debemos ser más selectivos; pensar mejor a quién se apoya, no sólo fijarse en los colores del partido, más bien, tomar en cuenta a la persona, a quien acude a nuestras casas a pedir el voto. Conocer no solo sus propuestas, también su manera de comportarse con la sociedad, con sus vecinos y familia. Estamos a unos meses del siguiente proceso electoral aún más grande, ya que en diversos Estados se elegirá gobernador; el poder legislativo federal cambiará para los tres años siguientes. Es momento de despertar y exigir, mediante el voto, mejores gobernantes, pero si al final del día somos apáticos y no contribuimos con la democracia, después no se vale quejarnos. “México no quiere aventuras políticas, no quiere saltos al vacío, no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces. México requiere democracia, pero rechaza su perversión que es la demagogia”. Luis Donaldo Colosio.