Luis 65-80

General Historia y Leyendas

Luis 65-80

 

Luis 65-80

 

 

 

 

                                                                     Por: Osmand Romero

                                                               Lic. En  Historia de México

                                                                   Maestría en Educación.

Era dicha y alegría para el público infantil que se congregó en Bellas Artes. Aquellos pequeños espectadores se encontraban emocionados por mirar su primer espectáculo teatral. Salvador Novo se encargó de hacer una adaptación infantil del Quijote de la Mancha. Vivieron muy de cerca los actos heroicos y proezas de aquel noble caballero andante. Después de clases, cerca de 2500 niños a través de 38 presentaciones pudieron enamorarse del teatro. Todo esto en el marco del IV centenario del natalicio de Miguel de Cervantes Saavedra.
En una de las presentaciones, un hombre de provincia radicado en la gran ciudad de nombre Abraham, acompañado de su esposa María de los Ángeles y de sus hijos José Luis, Abraham y Víctor. La familia se disponía a entrar a la función estelar de aquel momento. Aquel hombre se disponía a pagar los boletos tranquilamente, sus hijos emocionados toman su boleto, se les asigno asientos en la fila F y rápidamente fueron a tomar sus respectivos asientos. Los niños disfrutaban fervientemente el espectáculo, especialmente Luis, el mayor. El haber conocido de esta manera la literatura encendió su espíritu creador y también el se propuso hacer su propia función de teatro del Quijote justamente como la vio en aquella ocasión, y así nació un sueño para él, pues anhelaba con algún día llegar ser un escritor.

                                                                              Pequeño Luis

Poco tiempo después Luis con ayuda de su hermano Abraham montaron un pequeño teatro en casa, una vieja caja de dinamita que su padre trajo de alguna mina de su tierra natal Real del Monte. Los hermanos la decoraron y condicionaron para que fuera el escenario, los actores eran las marionetas con las que a Luis gustaba jugar, junto con su hermano daban vida a los personajes de la obra de teatro. Esto a todos agradó, principalmente a su padre, el cual ofrecía presentaciones a las visitas que llegaban.
Luis tenía la curiosidad por alguna obra de su autoría publicar, y no tardó mucho tiempo en saber lo que se sentía, ya que a los quince años público su primera poesía en un suplemento de su escuela secundaria, este fue el comienzo de su vida literaria, desde ese momento la pluma, la hoja en blanco y los libros fueron sus amigos y herramientas de trabajo.
Conforme pasaba el tiempo el usó algunos seudónimos, pues temía que su padre se molestara al saber sus pretensiones, así que para pasar desapercibido a los ojos de su padre firmaba en ocasiones como L.R.I las iniciales de su nombre, otro simplemente como Adam ( hombre) Séfer ( libros) que significa hombre de los libros, y El Marqués de Real del Monte, sobrenombre que lo ha acompañado en toda su vida literaria. Al paso del tiempo sus letras han ocupado espacios en las planas de distintas editoriales y revistas como: Revista de Revistas, Novedades, Boletín de la Biblioteca Nacional, Boletín Bibliográfico de la S.H.C.P, Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, así como UAEH, UANL, Gobierno del Estado de México, Gobierno de la Ciudad de México y Gobierno del Estado de Hidalgo etc. Real del Monte

 

                                                                                                               Real del Monte.

 

Pasando la adolescencia José Luis  no abandona su sueño de ser escritor, al contrario, porque el siente que para eso nacido. A sus padres les manifestó su deseo, aunque a Don Abraham no le convenció la decisión, pues el soñaba que su hijo fuera Ingeniero de Minas, para que así trabajara en Real del Monte, lugar de donde se extrae el argentífero metal tan valioso. Luis dijo que respetaba la opinión de su padre, pero no tenía interés en ser lo que su padre quería para él, así que después de una larga meditación Luis tomó la decisión de ser abogado, acto que a su padre agrado y así expresó: “vaya eso está mucho mejor”. Pero eso no lo detuvo, ya que después de recibirse con paso firme se dirigió con mayor ilusión que antes a la Facultad de Filosofía y Letras para ser Historiador.
Artemio de Valle Arizpe

 

 

                                                                  Artemio de Valle Arizpe

 

Desde muy chico la inspiración se manifestó en su camino, pues fue conociendo poco a poco figuras literarias significativas. El primero fue don Teodomiro Manzano en un homenaje realizado en Real del Monte promovido por su padre en 1952, que en ese momento era presidente municipal, el verlo una vez fue una experiencia inolvidable, esto dicho en palabras de él. Su alimento y desarrollo a través de varias lecturas las cuales sobresalían los escritores más sabios y brillantes del siglo XX los cuales llegó a conocer a algunos de ellos, como el caso de Artemio de Valle Arizpe, brillante escritor inspirado en la época virreinal y cronista de la Ciudad de México. Emocionante aquel encuentro para él, ya que el disfrutaba fervientemente sus lecturas y un autógrafo de su ídolo quedó plasmado en uno de los libros de Luis. Así también el conocer a Salvador Novo, el sucesor de Valle Arizpe, el cual fue creador de emblemáticos personajes populares como Cantinflas.
Maestros entrañables que con afecto recuerda son sin duda alguna Ernesto de la Torre Villar y Ángel María Garibay. El primero recuerda a Luis en sus memorias por su entusiasmo al mencionarle la enorme curiosidad por adentrarse a la historiografía del Estado de Hidalgo, su tierra natal, mencionando con entusiasmo a Teodomiro Manzano de Real del Monte, Antonio Peñafiel de Atotonilco el Grande y José Lorenzo Cossío de Tulancingo de Bravo, son escritores tan importantes que fueron considerados en las Lecturas
Históricas Mexicanas del maestro De la Torre en los tomos II y III. Del padre Garibay sin duda alguna aprendió la importancia trascendental de la literatura náhuatl, descubriendo y redescubriendo junto a él la ideología prehispánica.
Un gran número de temas son los que se expresan en sus libros, gran variedad e inquietudes que Luis ha tenido a lo largo de su vida han sido escritos de manera magistral, con un análisis y deducción magnífica, enfocados en su gran mayoría en el folclor expresando tradiciones y cultura popular, así también en cada uno de sus abundantes ensayos que al paso del tiempo se fueron convirtiendo en libros por ir nutriendo dicho tema poco a poco. A simple vista se puede hacer una clasificación de los libros de Luis, estos son nacionales y regionales. Entre el primer grupo tenemos Antología rupestre, Letra que cantaron los Ángeles, Aproximaciones Históricas, Cronistas de la Ciudad de México, Historia de la Banca Mexicana, Estética de la Historia Verdadera de Bernal Diaz del Castillo, Artemio de Valle Arizpe y el Arte de la Historia, Pequeña Historia de la Novela en la Nueva España y Juárez en la Iglesia Metodista, entre otros libros. En el segundo apartado Lo ocupan los dedicados a su estado natal, así como a su pueblo de donde es oriundo, estos son: Tradiciones y Leyendas Hidalguenses, Hidalgo, Pintoresco, Artístico y Monumental, Historia de la Revolución Mexicana en el Estado de Hidalgo, Narrativa Hidalguense, El Retrato de Vicente García Torres, El sueño de un Fauno, El Compositor Abundio Martínez y próximo a ver la luz su Real del Monte Virreinal.
Forjador de grandes lazos fraternales, así como de instituciones que han perdurado al pasar del tiempo y muchos de ellos han crecido cobrando importancia ante la sociedad hidalguense. El primer lazo y el más importante para la vida del bienhumorado y sonriente Luis, fue el de contraer matrimonio con Judith Chávez, su amorosa compañera de aventuras, su adorada primera lectora, su fiel revisora de textos, su generosa correctora de algún dato que pasara por alto, así como su tercera mano en caso de que Luis no pudiera escribir por algún motivo especial y fuente de apoyo tanto moral como espiritual. “La mujer ejemplar es corona de su esposo” Proverbios 12:4.

  Judith y Luis

 


La primera institución que forjó fue sin duda alguna una que se dedicara a la investigación y difusión de la historia local del Estado de Hidalgo, este fue el Centro Hidalguense de Investigaciones Históricas, A.C. Esto fue gracias a la colaboración y apoyo de hidalguenses que también tenían la inquietud intelectual de conocer, investigar y dar a conocer la historia de cada rincón de su estado y ciudad de origen, estos son: Raúl Guerrero Guerrero, José Vergara Vergara, Arturo Herrera Cabañas, Juan Manuel Menes Llaguno, Héctor Samperio Gutiérrez, Arnulfo Nieto Bracamontes, Julio Ortega Rivera y Luis Corrales Vivar.
En gobierno del estado, promueve la fundación de La Casa Hidalguense de la Cultura, el cual es el antecedente al Consejo Estatal para La Cultura y las Artes de Hidalgo, que posteriormente se le conoce en la actualidad como la Secretaría de Cultura del Estado de Hidalgo. En esos años se llevó a cabo la adquisición del archivo fotográfico Casasola, el cual está ubicado actualmente en el Ex-Colegio Apostólico de San Francisco.
Para conmemoración del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana, se crea la Academia Hidalguense de la Historia, el cual da un renovante respiro a la cultura del estado. Los miembros de la academia son renombrados y elogiados investigadores de número, reconocidos por sus trabajos académicos, estos son Nicolas Soto Oliver (q.e.p.d), Luis Corrales Vivar, Juan Manuel Menes Llaguno, Raúl Arroyo González, Javier Ortega Morel, Carmen Lorenzo Monterrubio, José Vergara Vergara, Daniel Escorza Rodríguez, Roció Ruiz de la Barrera, Manuel Arellano Zavaleta, Antonio Lorenzo Monterrubio Secretario General y Luis Rublúo Islas Presidente.

                                                         Academia Hidalguense de la Historia.

Al final del párrafo anterior he dado a conocer a que Luis me refiero, esto es una biografía muy breve, pero muy significativa, de un hombre que ha puesto a Hidalgo en alto, precursor de la cultura y amor a la patria chica. Hombre sencillo, de fino y cálido trato, ilustre, cristiano y amable. Aquel que es maestro y con cariño le decimos Don Luis. Ese hombre que los números 65 y 80 tienen un gran significado porque 65 son los años que cumple de escritor y 80 los años que cumplirá en este año que ha sido de grandes adversidades para todos, pero con un rayo de esperanza de salir adelante.
Reciba mis sinceras felicitaciones, así como mi reiterado respeto y admiración al buen Marqués.

 

                                           El autor con el homenajeado (Soy el de chaleco rojo)

 

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