EL DESTINO NOS ALCANZA

General Opinión

EL DESTINO NOS ALCANZA

EL DESTINO NOS ALCANZA

 

 

   Por. Arturo Hernández Ochoa.

 Revista Recorriendo las Huastecas.

 

En los últimos días la naturaleza se restablece. Los ríos han recobrado su transparencia y las playas lucen espléndidas, como si nunca hubieran sido descubiertas. Los animales que siempre han evitado la presencia humana, ahora se acercan a los parajes, a los pueblos y a las ciudades. La capa de ozono se restablece por la baja en la emisión de contaminantes. Ha disminuido el calentamiento global. Tal parece que la Tierra agradece y quisiera quitarse de encima la acción depredadora de sus voraces habitantes. Siempre me he preguntado si en verdad somos hijos de la Tierra o acaso fuimos traídos aquí, para acabar con ella? La conciencia de Ser no nos ha permitido hasta ahora respetar el entorno que nos da sustento. Lo vemos como una fuente de ingresos sin saber que la destrucción de la naturaleza nos lleva necesariamente a nuestro propio exterminio. Y no tenemos a donde irnos. Todavía no encontramos otro planeta con las mismas características a donde podamos mudarnos. Estamos acabando con nuestra propia casa, con la única que tenemos. Atentamos contra sus cimientos al exterminar los animales, al talar árboles, al arrojar basura y plástico a sus mares. Nos mueve la ambición pero también el orden económico que nos hemos procurado. Somos piezas de un gran engranaje de utilidad. Todo tiene que servir para algo. Todos nos convertimos en instrumentos de otros, que a su vez, son instrumentos de otros, tal y como se maneja la economía y la política en el mundo. Somos piezas que hemos convertido al mundo en una gran maquinaria que se mueve en el vacío, alimentándose de la propia comida chatarra que produce. El orden mercadológico ha trastocado nuestros valores. Buscamos tener objetos materiales a cualquier precio (el fin justifica los medios), somos pilotos de un auto cuya gasolina es la búsqueda insaciable de dinero y de bienes. En pleno siglo XXI el hombre no sabe con certeza de dónde viene y hacia dónde va. Tampoco sabemos para qué estamos sobre la Tierra, pero de lo que sí estamos seguros es que estamos acabando con ella y que si no detenemos su destrucción, el destino nos habrá alcanzado.

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